Al despertar...
en la duermevela,
aún respirando los sueños,
escucho voces que me susurran al oído
mis anhelos, mis miedos, mis deseos...
de días que aún no viví.
Me pregunto si lo vivido
no es fruto de esos juegos
en los que uno se sueña siendo otro.
Me pregunto si lo imaginado
no tiene a veces más intensidad que lo real...
Me pregunto si no acontece
sólo lo que se ha ensoñado antes.
Al preguntarme escucho
el latido de las respuestas,
llenas de nadie, de nada,
en una soledad extraña
surge el sonido de un mundo
que se siente solamente cuando los ojos
se han cerrado antes.