Acepta la espera, para no tropezar con tu mirada.
la espera cóncava , es decir, sin que llegue…
ya que no es con los ojos, si no con la luz que será,
que fue un día.
Acepta el pájaro que fuiste, que recorrio el laberinto iluminado.
Así creamos el fuego, cercamos tu cuerpo, el mío,
como si fueran sólo un solo cuerpo, un solo fuego.
como si fueran sólo un solo cuerpo, un solo fuego.
Lo cercamos en la noche, no puedes entrar, no puedo salir.
No supe el límite.