La fotografía me muestra el mundo con otro mirar,
me invita a bucear lo que se oculta
bajo los velos de esta realidad aparente,
me hace intuir que existen otras formas de ver
y que esas imágenes surgen de lo observado
con una intensidad y una visión nueva.
En ese momento me olvido de mí
y aparecenen otros mundos
que aunque desconocidos habito.
Hacer fotografías es para mí una elección sin voluntad,
una no elección,
una especie de hundimiento,
un hundimiento que me lleva a un fondo desconocido pero familiar
y en ese bajar es donde elijo,
elijo su profundidad, su dirección, elijo el miedo...
y en esa elección se crea un diálogo,
un diálogo de lo mirado,
que a su vez genera otros mundos en los que puedes seguir y seguir cayendo.