PENSAR CON LOS OJOS.
Todas las grandes obras de arte comparten un rasgo distintivo común, todas ellas tienen la capacidad de incitar al espectardor a salir de sí y a penetrar en la obra. El arte, en otras palabras, saca al espectador de sí mismo, lo instala fuera de la dualidad sujeto/objeto y lo transporta a la conciencia el gran arte suspende la división entre el yo y el otro, entre lo interno y lo externo y nos conduce aunque sólo sea por un momento al reino de lo atemporal.

Fotos Andre Kertez y anonimas.